Cuatro años después de una final que dejó heridas abiertas, Real Madrid y Liverpool se reencuentran hoy en la gran batalla de París. El duelo de las 19 Copas de Europa entre el rey de la competición, con trece conquistas, y el deseo 'red' de situarse a su estela, con la que sería su séptima para dar caza al AC Milan. El último paso de una Champions en la que los de Carlo Ancelotti demostraron que no hay imposibles en el fútbol.
El Stade de France de Saint-Denis acoge una final majestuosa, la más repetida de la historia de la Copa de Europa. El poderío futbolístico que exhibe el Liverpool de Jürgen Klopp, ganador de cuatro títulos en su temporada, ante el respeto recuperado a base de remontadas para la historia del Real Madrid de Carlo Ancelotti. Un ejemplo de resistencia. La exhibición de un adn especial que impide bajar los brazos y jamás darse por vencido. La reivindicación de un grupo de jugadores que, solamente ellos, creían en sus opciones de éxito en Europa.
La temporada de Ancelotti en su regreso al banquillo blanco ya es sobresaliente. La Liga ganada con autoridad, la que le faltaba para ser el único que conquistó las cinco grandes, y la Supercopa de España, dejaron en el olvido un fin de ciclo en blanco de Zinedine Zidane. Pero el Real Madrid de los imposibles asume el peso de la historia y jamás es suficiente para un club tan ganador. La experiencia de las grandes citas y el físico tras un mes de rotaciones ante un Liverpool que se lo jugó todo con máxima exigencia, caen de lado madridista. Su reto es conseguir que el fútbol también lo haga.
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Al actual Real Madrid se le busca apodo y es obligado que aparezca el nombre de Karim Benzema. Ningún éxito reciente se entiende sin el liderazgo del delantero francés. Protagonista de una mutación espectacular. De jugar para hacer felices a los que rodeaba, a convertirse en un goleador temible. Un rol diferente, la misma calidad en las asociaciones que en la definición.
Un jugador mayúsculo que dará el paso definitivo al Balón de Oro si impulsa a su equipo al título tras sus exhibiciones previas. Su temporada más goleadora, 44 goles en 45 partidos, sin perder su generosidad con 15 asistencias. Autor de 15 tantos en 11 encuentros de 'Champions', diez en las eliminatorias, marcando en los cinco últimos duelos para remontar al PSG, eliminar al vigente campeón Chelsea y poner el broche a la remontada épica ante el Manchester City. Igualando registros que solo un devorador del gol como Cristiano Ronaldo había sido capaz de protagonizar.
Nada habría sido posible sin Benzema pero tampoco sin las paradas salvadoras de Thibaut Courtois, el atrevimiento de Vinícius o sin la eterna juventud de Luka Modric.
Liverpool
En tanto, el proyecto que Jürgen Klopp comenzó en Anfield hace casi siete años está en su punto culmen. Precisamente justo después de la peor temporada de la era del alemán. Tras un año en el que los 'Reds' necesitaron un final perfecto de liga para meterse entre los cuatro primeros de la Premier League, el Liverpool vuelve a la final de la Liga de Campeones, en busca de su séptima Copa de Europa, la tercera de este siglo tras la de 2005 en Estambul y la de 2019 en Madrid.
Con el mejor equipo de los últimos años, algo reconocido ampliamente en Inglaterra, el Liverpool ha rozado la perfección este curso hasta el punto de quedarse a un punto en la Premier de ser el primer equipo en la historia del fútbol inglés en poder conquistar el póker de títulos.
Los 63 partidos que jugarán esta temporada son un récord y también una debilidad.
La venganza por lo ocurrido en 2018 es uno de los grandes impulsos del Liverpool para esta final, que, a diferencia de en Kiev, cuenta con la experiencia de haber ganado ya en una ocasión la competición.
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El espíritu del gol de Alan Kennedy en 1981, las casi 50 victorias esta temporada, los 31 goles de Salah, la superioridad de Van Dijk en defensa y un bloque que lleva años compitiendo al máximo nivel y que ha alcanzado tres finales en cinco años son los argumentos de un Liverpool que ve en esta final la guinda del pastel.